Relacionamos la palabra “competencia” con algo malo, con la pérdida de dinero para nuestro negocio, con que a más competencia nos va a ir peor en nuestro negocio, pero, te has preguntado alguna vez ¿qué hay detrás de todo esto? . Pues sí, aunque parezca mentira, la competencia influye de manera positiva en nuestro desarrollo personal.
Cuando la competencia aprieta y se hace cada vez más abundante nos replanteamos nuestra situación. Si estamos acomodados, nos despierta, nos dice que tenemos que hacer algo, esto sucede en personas acomodadas sin ambición, que se conforman con lo que tienen, todo esto va en contra de un correcto crecimiento personal. Por ello la competencia nos hace esforzarnos para conseguir innovación en nuestro negocio o trabajo, nos abre la mente y pasamos de ese estado acomodado en el que nos encontrábamos a un estado de mejora continua.
Este estado de mejora continua conlleva muchos beneficios, no solo a nivel personal, ya que mejora nuestra economía, nuestro bienestar y nuestras expectativas de futuro, sino que también conlleva un bien a la sociedad. La innovación en el mundo de los negocios hace que se reactive todo el sector, que se propaguen las buenas ideas, esto, claramente es directamente un gran beneficio para la sociedad en general. En caso contrario, sin competencia, daríamos un paso atrás, volveríamos a tiempos pasados, donde el monopolio de las empresas marcaban la pauta de la economía, y solo unos cuantos privilegiados se encargaban de mover toda la economía, siendo el resto de la sociedad claramente afectada y “esclava” de este grupo reducido de personas.
Se podría decir que en esta lucha de competencia, acaba ganando el que tiene la mejor idea, y el que aplica los mejores métodos en sus ideas. Podríamos pensar que esto es cuestión de suerte y por lo tanto nuestro esfuerzo puede que no sirva de nada, nada más lejos que esto, podemos afirmar que la suerte es importante, pero, la suerte hay que buscarla, hay que esforzarse, dedicarle ganas y empeño, conocernos y conocer todo lo que podemos hacer bien, intentar ser mejor, no solo en el mundo de los negocios, sino también como persona. Al final de todo, cuando todos estos factores se juntan, suele dar como resultado que formulemos una famosa frase: “La suerte me sonrie”.
